Jo, qué noche, segunda parte. El videoclip de "Time Between" recuerda a Martin Scorsese y, en concreto, a aquella película menor dentro de su trayectoria, After Hours, en la que abordaba la noche neoyorkina. Aparte de que la canción es espectacular, su audiovisual lo engrandece más. Nos encontramos con una serie de personas en plena mutación nocturna. Ha acabado la jornada laboral y ahora toca ser nosotros mismos. Al protagonista del film de 1985 no le dieron tiempo para mostrarse; la noche se le hizo tan corta como eterna y, de repente, se encontró en la oficina a primera hora de la mañana; a los jóvenes presentados por Jon Philpot les sobran horas para cambiar de piel. La vida en la Gran Manzana tiene esas cosas: o buscas salidas a la nada o la nada te come.
El proyecto Bear in Heaven superó hace un par de años la década de existencia, y lo hizo evolucionando favorablemente. En su cuarto trabajo, Time is over one day old, el sonido sigue ganando en fuerza, en presión, en personalidad. El tono épico alcanza cotas espectaculares a base de coros y silencios muy bien gestionados. Tal vez por el protagonismo cada vez más evidente de la percusión, tal vez porque los de Brooklyn son más mayores y la experiencia siempre es un grado, Bear in Heaven se regocija de nuevo en un canto contundente a la soledad, a la muerte y al vacío. Todo un preámbulo para superar el miedo a tener miedo.