Mostrando entradas con la etiqueta Lorca. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Lorca. Mostrar todas las entradas

lunes, 15 de septiembre de 2014

Silvia Pérez Cruz & Raül Fernández Miró

No tiene sentido hacer un disco de versiones si no vas a romper las canciones. Tocarlas igual para lucimiento vocal es perder el tiempo. Dicho de otra forma: si hay que hacerlo, al menos que valga la pena; de lo contrario, nos quedamos en la nada. Silvia y Raül, Raül y Silvia, mitad y mitad de un concepto para amantes de la esencia, reúnen en granada una docena de clásicos de alto estánding. Pasados por el filtro de su voz y de la guitarra más eléctrica del mundo, alcanzan la categoría de inmensos porque, si difícil es mejorar la cima de un autor, más lo es todavía culminarla por caminos inescrutables.   


"Pequeño vals vienés" evidencia lo arriesgado de la apuesta. La cantaba Morente sobre una adaptación anterior de Leonard Cohen. Pero... ¿adaptación de qué? De los versos más intensos de Lorca, de Poeta en Nueva York, cuando el de La Fuente marchó a la Universidad de Columbia para impartir unas conferencias en 1929. Qué casualidad que el poeta llegara en pleno Crac, y qué bendición para los amantes de la poesía, pues pocos han sido los que en castellano han logrado un retrato tan atroz y poético de la sociedad capitalista. La actuación, en Barcelona.



jueves, 9 de enero de 2014

"La leyenda del tiempo" - Camarón de la Isla

Lo publicó en 1979 y sentó fatal a los camaroneros de pura cepa. Al disco le costó arrancar, según reconocía hace unos meses Ricardo Pachón, responsable de buena parte de sus discos. Y es que musicar a Lorca con sonoridades del rock o del jazz no cuadraba a su público de siempre. De hecho, la portada ya era un desafío. El cantaor suprime su lugar de origen y, encima, utiliza una tipografía a lo Chicago.


 Con el paso del tiempo aquel experimento se convirtió en una bendición para los amantes de la fusión sonora. Cuando echas un vistazo a los títulos de crédito lo entiendes todo. Si suena a Alameda es porque, precisamente, Alameda tomó parte en la producción; añadimos a los hermanos Amador (Pata Negra) y Kiko Veneno (con "Volando voy"), además de a Tomatito, y cualquiera con dos dedos de frente puede apreciar una calidad excepcional a prueba de bombas.


Lorca reflexiona en el poema sobre el paso del tiempo, dándole un toque de resignación que ya encontramos siglos antes en el barroco español. Más cercano al carpe diem, Góngora aconseja a una joven:

goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente, 

no sólo en plata o víola troncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente 
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.

En cambio, Quevedo es todavía más pesimista:

Vivir es caminar breve jornada,
y muerte viva es, Lico, nuestra vida, 
ayer al frágil cuerpo amanecida, 
cada instante en el cuerpo sepultada.



Y en otro soneto, múcho más contundente, presenta los dos tercetos más aterradores de la lírica castellana:

Ayer su fue; mañana no ha llegado; 
hoy se está yendo sin parar un punto:
soy un fue, y un será, y un es cansado.

En el hoy y mañana y ayer, junto
pañales y mortaja, y he quedado
presentes sucesiones de difunto.

Dos siglos antes, en el XV, un noble castellano llamado Jorge Manrique escribía en las Coplas a la muerte de su padre una visión muy reposada sobre el paso del tiempo:

Este mundo es el camino 
para el otro, que es morada 
sin pesar; 
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada 
sin errar; 
partimos cuando nacemos, 
andamos mientras vivimos, 
y llegamos 
al tiempo que fenecemos;
así que cuando morimos 
descansamos.

No era la moda en la Edad Media, sin embargo, entender el tránsito del tiempo de una forma tan light y apacible. Las Danzas de la muerte evidencian, en este sentido, un terror irónico y atroz al fin de la vida.


Tan cerca de Lorca como del hombre medieval, exclamaba Schopenhauer en el siglo XIX:


¡Cuán larga es la noche del tiempo ilimitado si se compara con el breve ensueño de la vida!

Finalemente, revisando el tópico grecolatino del Carpe diem, Jim Morrison animaba al disfrute del presente con un falso hedonismo plagado de excesos. 





Fuentes: 8duros y MrHappyDeaht (youtube)