Pues Röyksopp son dos, en concreto de Noruega, y Robyn una, claro está,... de Suecia. Para que nos vamos a complicar la vida con presentaciones. "Monument" es una más de las colaboraciones emprendidas por estos artistas de la vieja Escandinavia, ese lugar tan ocupado en los últimos años en generar propuestas culturales con la tecnología como punta de lanza. Además, todo queda en casa: Max Vitali, director del videoclip en cuestión, es pareja de la zancuda sueca, así que la criatura se ha ido gestando también en los escenarios domésticos.
Todo es muy místico, trascendental, como muy abstracto... una especie de
senda hacia lo más íntimo del ser a través de dos realidades antagónicas. ¿Cómo hacemos para que comulguen juntos máquina y natura?
Aquí radica el dilema de tantos y tantos diletantes del tecno, tan
obsesionados en sacarle unas lagrimillas al robot aún a costa de caer en
la sensiblería más extrema. No es el caso que nos atañe. La idea rezuma
equilibrio. "Monument" compensa sensibilidad, reflexión y vanguardia,
algo muy del XX y que avanzado el milenio necesita acompañarse de un
audiovisual excepcional para no repetir esquemas. No obstante, es
difícil. Por cierto, saludos de Robyn a Juliana Cerqueira Leite. La
clave, en sus esculturas.