sábado, 16 de noviembre de 2013

"I've gotta get a message to you" - The Bee Gees

A una hora de la silla eléctrica, un reo le pide al capellán que le entregue un mensaje a su mujer. El preso ha sido acusado del asesinato del amante de su esposa. Es mayo de 1968. Los hermanos Gibbs, en plena fiebre compositiva, quieren dar el golpe definitivo a su carrera musical, un tanto difusa hasta el momento: entre la balada romántica y la psicodelia.


 I've gotta get a message to you logra, en clave soul, conmover a un público que pedía nuevas propuestas en el cambio de década.



A principios de los ochenta, esta vez en España, también surge un público ávido de nuevas sensaciones. Lo urbano, a veces misterioso, a veces raro... con un aire más literario, se hace hueco en los gustos juveniles. Los primeros videoclips imitan con pocos medios a grandes producciones del mercado anglosajón. En Perlas ensangrentadas también se habla de muertes: un detective intenta resolver el asesinato de Renée.

 

Pero, puestos a hablar otra vez de presos, los hay también muy peculiares. Se hace amigo de los vigilantes, le ofrecen la posibilidad de escaparse y, en verdad, lo único que quiere el preso es ver a Fred Astaire. En La milla verde John Coffey va sembrando el bien, a pesar de que el mundo no le entiende. Precisamente, por intentar "deshacer el mal", van ejecutarlo.




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