lunes, 23 de diciembre de 2013

"My baby just cares for me" - Nina Simone

 

La canción no es suya; lo que pasa es que la interpreta de un modo tan personal que es como si lo fuera. En las televisiones de todo el mundo sonó a finales de los ochenta acompañando a Channel nº5, y entonces el público se reencontró con esta sencilla historia de la mano de Nina Simone. Medio siglo después de su composición triunfaba de nuevo, con un mercado discográfico completamente nuevo y, a su vez, igual de distinto al actual. Todo cambia; sólo músicos e intérpretes permanecen. 




martes, 3 de diciembre de 2013

"The house of the Rising Sun" - The Animals

La canción dice algo así como "he sido un chico malo, pero es que no lo puedo evitar; voy a seguir siendo un chico malo". Lo dice entre la resignación y la fatalidad, y hasta parece que le sepa mal, pero lo tiene decidido.




sábado, 30 de noviembre de 2013

"Bloodbuzz Ohio" - The National


Cuando sales de la burbuja ves mejor lo que hay dentro. Matt Berninger mira hacia su Ohio natal desde su actual vida en Nueva York. Y lo mira de forma muy poética, un tanto pesimista, pero tremedamente bella. La voz de barítono, de la que se habla en todas las noticias sobre The National que circulan por internet, le da un toque supremísimo de elegancia.




Jorge Martí, en cambio, prefiere darle un toque más optimista al pasado; incluso más ingenuo, con algo de mitología audiovisual y muchas dosis de autoconvencimiento.




jueves, 21 de noviembre de 2013

"Divendres" - Love of lesbian



Los jueves, a eso de las seis de la tarde, la sensación empieza a ser distinta. El ambiente sabe a viernes. Es como si todo cambiara de color, muchísimo más amable, claro. En este sentido, el grupo Love of lesbian, como sintonía de un programa de TV3, propone un primer paso hacia la felicidad: convertir este día en un estado mental.

Y lo mejor, cuando dice "tu ets un dimecres i estàs a temps de canviar" ("eres un miércoles y estás a tiempo de cambiar").
 The Cure también hace su propuesta. Cada día, una experiencia; y los viernes, te enamoras. 


Incluso el poeta Luis García Montero opina más de lo mismo en Completamente viernes.


Por detergentes y lavavajillas
por libros desordenados y escobas en el suelo
por los cristales limpios, por la mesa
sin papeles, libretas no bolígrafos,
por los sillones sin periódicos
quien se acerca a mi casa
puede encontrar un día
completamente viernes.

Otros, sin embargo, prefieren el viernes para la metafísica; el problema es que Morrissey lo lleva hasta el extremo. En 'I have forgiven Jesus' se pone muy místico, hasta el punto de hablar directamente con el Mesías y recriminarle aquéllo tan bíblico del "por qué me has abandonado". Y los días de la semana acogen el viaje del alma hasta su muerte, claro, en viernes. 


sábado, 16 de noviembre de 2013

"I've gotta get a message to you" - The Bee Gees

A una hora de la silla eléctrica, un reo le pide al capellán que le entregue un mensaje a su mujer. El preso ha sido acusado del asesinato del amante de su esposa. Es mayo de 1968. Los hermanos Gibbs, en plena fiebre compositiva, quieren dar el golpe definitivo a su carrera musical, un tanto difusa hasta el momento: entre la balada romántica y la psicodelia.


 I've gotta get a message to you logra, en clave soul, conmover a un público que pedía nuevas propuestas en el cambio de década.



A principios de los ochenta, esta vez en España, también surge un público ávido de nuevas sensaciones. Lo urbano, a veces misterioso, a veces raro... con un aire más literario, se hace hueco en los gustos juveniles. Los primeros videoclips imitan con pocos medios a grandes producciones del mercado anglosajón. En Perlas ensangrentadas también se habla de muertes: un detective intenta resolver el asesinato de Renée.

 

Pero, puestos a hablar otra vez de presos, los hay también muy peculiares. Se hace amigo de los vigilantes, le ofrecen la posibilidad de escaparse y, en verdad, lo único que quiere el preso es ver a Fred Astaire. En La milla verde John Coffey va sembrando el bien, a pesar de que el mundo no le entiende. Precisamente, por intentar "deshacer el mal", van ejecutarlo.




jueves, 14 de noviembre de 2013

"Lluvia del porvenir" - Radio Futura

Cuando Radio Futura presentó La canción de Juan Perro hacía tiempo que era un grupo consagrado. No tocarte, El tonto Simón o Semilla negra eran ya en 1987 himnos de la música pop española. Se trataba de textos muy elaborados, si bien pocos eran los que entendían el sentido de las letras. Extrañas, confusas y muy poéticas; pero extrañas.


Parecían incoherentes, menos para los lectores de García Márquez o de Juan Rulfo. Las canciones de Radio Futura, y sobre todo de aquella Radio Futura de finales de los ochenta, suponen un homenaje al Realismo Mágico latinoamericano, al de Macondo y Comala. Suma de rock y poesía, Lluvia del porvenir es un bello canto de esperanza para los que quieren empezar de nuevo. 



Novela y canción van por caminos diferentes. El que fuera líder de Radio Futura, Santiago Auserón, es más agradecido con el universo de Comala que el propio Rulfo; si echamos un vistazo a Pedro Páramo, novela en la que se  basa esta letra, vemos de inmediato que el espacio donde transcurre la acción tiene más sombras que luces. Todo lo copan las almas, los muertos, que sin verlos sabes que están ahí, marcando el paso de los días y, en especial, de las noches. Y siempre con descripciones excepcionales.

"Y aunque no había niños jugando, ni palomas, ni tejados azules, sentí que el pueblo vivía. Y que si yo escuchaba solamente el silencio, era porque aún no estaba acostumbrado al silencio; tal vez porque mi cabeza venía llena de ruidos y de voces", dice Juan Preciado. 

Y añade el propio Juan Preciado para explicar su muerte (curioso que un personaje nos retransmita de forma tan poética lo que sintió en sus últimos instantes de vida):

"Salí a la calle para buscar aire; pero el calor que me perseguía no se despegaba de mí. 
Y es que no había aire; sólo la noche entorpecida y quieta, acalorada por la canícula de agosto. 
No había aire. Tuve que sorber el mismo aire que salía de mi boca, deteniéndolo con las manos antes de que se fuera. Lo sentía ir y venir, cada vez menos; hasta que se hizo tan delgado que se filtró entre mis dedos para siempre. 
Digo para siempre. 
Tengo memoria de haber visto algo así como nubes espumosas haciendo remolino sobre mi cabeza y luego enjuagarme con aquella espuma y perderme en su nublazón. Fue lo último que vi".  

Mientras que Rulfo vagaba por el pesimismo, la Lluvia del porvenir de Radio Futura transitaba por la esperanza, y por ese momento en que "nuestros muertos descansarán".

Para los que sólo quieren caminar y caminar hay, en cambio, otras opciones. Enjoy the silence necesitaba un vídeo también mítico. Y así se puso a caminar entre montañas y páramos aquel rey con corona y tumbona, en busca del silencio con el sol de testigo.


viernes, 8 de noviembre de 2013

"Even better than the real thing" - U2

      Viven de las rentas, y ya hace mucho. Hemos de volver a 1997 para encontrar algo bueno, a la altura de todo lo anterior, como Discothèque. Ahora bien, aquí el tema no es Discothèque. Aquí el tema es una canción agazapada al principio del Achtung Baby; “Mejor incluso que la realidad” (Even better than the real thing). 




Estamos en el año 1991. El grupo irlandés cambia la estrategia. Deja al margen cuestiones políticas y se lanza ahora a la crítica filosófica y social: es el momento de cuestionar al ser humano como telespectador. El tema era sorprendente, y con orgasmo y todo. Tan religiosos, tan cristianos, se metieron a profetas del XXI, y en verdad la jugada les salió redonda; tanto tiempo después aquel disco ha logrado calidad de clásico y, lo más curioso, aquella lluvia de mensajes apocalípticos que poblaban las pantallas del Zoo Tv ha ido a más en los hogares del “Primer Mundo”. 





           El formato clip potenció todavía más esa perversión de los medios, la mentira cotidiana; en este sentido, la canción llega a un clímax total en su parte final, a un orgasmo mediático que culmina, plaf, de golpe, como si se hubiera cortado el suministro eléctrico. Una metáfora sexual en la que el hombre le pide más y más a la máquina. Sentado en el sofá, con el mando en la mano, el espectador tiene a golpe de zapping un amplio catálogo de miserias humanas. Excitado, y sólo pulsando un botón. 
"Take me higher / take me higher / you take me higher / you take me higher" 


Comenzado el nuevo milenio, la idea está más que vigente: las guerras se siguen televisando, pero ahora por Internet. Pierre Bourdieu, sociólogo francés (1930-2002), alertaba hace unos años en materia de contenidos. Decía en su ensayo Sobre la televisión que "hay un sector muy importante de población que no lee ningún periódico, que está atado de pies y manos a la televisión como única fuente de informaciones. La televisión posee una especie de monopolio de hecho sobre la formación de las mentes de esa parte nada desdeñable de la población. Pero al privilegiar los sucesos y llenar ese tiempo tan escaso de vacuidad, de nada o casi nada, se dejan de lado las noticias pertinentes que debería conocer el ciudadano para ejercer sus derechos democráticos". Los irlandeses recrearon esta idea en un videoclip novedoso, hecho a retazos de cadenas internacionales y con la Guerra del Golfo de fondo. 




Y proseguía Bourdieu: "los periodistas tienen unos lentes particulares mediante los cuales ven unas cosas, y no otras, y ven de una forma determinada lo que ven. Llevan a cabo una selección y luego elaboran lo que han seleccionado. El principio de selección consiste en la búsqueda de lo sensacional, de lo espectacular. La televisión incita a la dramatización, en un doble sentido: escenifica, en imágenes, un acontecimiento, y exagera su importancia, su gravedad, así como su carácter dramático, trágico". 
  
   
     Hablando de orgasmos, este subidón recuerda a otro muy místico. Su autor, San Juan de la Cruz (1542-1591). Y es que no sólo la televisión plagia; también la literatura religiosa. De escasa corpulencia, tan bajito que Santa Teresa de Jesús lo llamaba "mi medio fraile", el fundador de los Carmelitas Descalzos recurrió a una metáfora sexual para propagar la palabra de Dios. 




Tomó una canción popular sobre dos amantes que escapaban de sus casas y tenían un encuentro sexual nocturno. Era la Noche oscura del alma, poema de doble interpretación, profana y religiosa. ¿Cómo lo hizo? Cambió a la Amada del poema por el alma humana y al Amado por Dios, y he aquí el coito (o la fusión).



"¡Oh noche, que guiaste! 
¡Oh noche amable más que el alborada!
¡Oh noche que juntaste 
Amado con Amada 
Amada en el Amado transformada!"


Curioso que un iluminado, inspirándose en el Cantar de los cantares, recurriera al sensacionalismo para difundir la fe cristiana. Otro poeta, el extremeño Félix Grande (1937), publicaba un poemario en 1967 titulado Blanco Spirituals donde tampoco se andaba por las ramas. No obstante, su finalidad es más crítica. En referencia a los medios escritos, titula Recuerdo de infancia los siguientes versos:






 "Hoy el periódico traía sangre igual que de costumbre
venía chorreando como la tráquea de un ternero sacrificado
he visto chotos cabras vacas durante su degüello
bajo el agujero del cuello una orza se va llenado de sangre
los animales se contraen en sacudidas cada vez más nimias 
de pronto ya no respiran por la nariz ni por la boca 
sino por la abertura que la navaja hizo en la tráquea 
en la cual aparecen burbujas a cada nueva respiración 
a menudo parece que están completamente muertos 
y no obstante aún se agitan una o dos veces suavemente 
ahora sus ojos ya no miran tienen como una niebla 
un teloncillo de color indeterminado que recuerda al ceniza
entonces el carnicero se incorpora con las manos manchadas
y procede a desollar y trocear el animal cadáver
para después pesarlo venderlo en porciones hacer su negocio" 

Volviendo a la canción, aquí va la remezcla. Marruecos y los carnavales de Tenerife.

jueves, 31 de octubre de 2013

"Sonnet" - The Verve

  Era la segunda canción del disco; aquella de la que sólo conoces el inicio porque la cortas, le das el mazazo, y así vuelves a escuchar la primera, la que suena en la radio, la de todos. Y cuando ya te has cansado de escuchar Bittersweet simphony hasta la saciedad, en ese momento, por fin, la dejas sonar. 



      Sonnet es la joya escondida de Urban hymns. Una canción dedicada al amor cotidiano, a esa “costumbre” a la que aludía Benedetti para referirse a su mujer. Sostenida, suave, sencilla… un poema al amor hecho rutina y, en definitiva, a la rutina hecha amor.  



Otras versiones sobre el amor de largo recorrido: la primera, de Love of lesbian. Se trata de Música de ascensores, una visión sobre el tema que, si algo emana, es precisamente sentido común para que la pareja permanezca.




La segunda, en cambio, es muy pesimista. Han caído los dos, de Radio Futura, esboza un panorama desolador "en la línea del tiempo". Bunbury era el más apropiado para hacer su propia interpretación.



En 1950 el fotógrafo Robert Doisneau reflexionaba sobre el tiempo en esta imagen. El amor se presenta continuo y constante, con todo lo que tiene de bueno y malo, y con el reloj como único testigo de la sucesión de segundos, minutos y horas. Es como si cada día fuera el mismo desde el principio.




Luis Alberto de Cuenca aporta una mirada radicalmente distinta. Los placeres cotidianos se dan cita en "El desayuno", un bello poema publicado en El hacha y la rosa en 1993. 




Me gustas cuando dices tonterías,
cuando metes la pata, cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
Me gustas más cuando es mi cumpleaños
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
«Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno».



viernes, 25 de octubre de 2013

"Heroes" - David Bowie

Una mina por explotar. Sabía su autor que la historia de dos amantes rondando por el Muro de Berlín tenía buena pinta. Ahora bien, ¿cuál era la dirección más apropiada? ¿dejarlo en una simple canción de amor? ¿centrarse en la crítica política? Este himno de Bowie tiene la grandeza de fusionar hasta confundir dos temas más que antagónicos: el amor y la guerra (en este caso, fría). 

Nos situamos en Berlín. Año 1977. Desde una ventana el artista David Bowie observa el encuentro de una pareja en el lugar menos apropiado de la ciudad: el Muro. La escena no puede ser más épica. Vigilados por los soldados, se supone en un día frío y gris, los amantes se adentran en un juego peligroso que, inevitablemente, acaba en disparos. 



       Y el vídeo, en versión corta y con una iluminación muy básica, otorga más épica a los seis minutos de la canción original. Reducido a tres minutos, el concepto es muy sencillo. De la oscuridad surge estática una figura delgada, quebrada, triste. Sus movimientos parecen entrecortados, tímidos, como si le diera vergüenza gesticular más de lo normal. Lejos queda su época de mimo. La mirada divaga perdida entre la cámara y el infinito. El montaje oscila entre un plano general y el primer plano lateral. Resaltan los colores de sus ojos.
 Al final, cobran más protagonismo los reflejos de la luz trasera y se atisban ciertos indicios de sonrisa en su rostro. No obstante, lo único que se ha movido ha sido la cámara.

   
        Cuatro nombres para comprender Heroes. David Bowie y Brian Eno compusieron la "trilogía berlinesa", tres díscos míticos para el cambio de década. Ambos perfilaron la idea: el primero se centró más en la letra; el segundo experimentó con el sintetizador.Robert Fripp le dio vueltas a lo de la guitarra; y Visconti, leyendas aparte (dicen que la pareja de la que se habla en la canción eran él y una amante), encajó en un muro de sonido todas las ideas anteriores.

 

          El producto final, también en alemán y francés, marcó otro punto de inflexión en la discografía del artista.





Unos versos del Veintisiete también abordan la asfixia del entorno; ahora bien, aquí la épica queda al margen.
Luis Cernuda recopiló todos sus poemas en una antología con el título Entre la realidad y el deseo. La homosexualidad era, en este caso, el Muro en cuestión. Sus versos hablaban de ausencias y de encuentros a escondidas. Eran amores clandestinos, idénticos al "we can be heroes / just for one day". El poeta se vio desbordado por una España en la que "todo nace muerto, vive muerto y muere muerto". Como solución, los exilios anglosajón y mexicano.


Diré cómo nacisteis, placeres prohibidos
 como nace un deseo sobre torres de espanto, 
amenazadores barrotes, hiel descolorida, 
noche petrificada a fuerza de puños, 
ante todos, incluso el más rebelde, 
 apto solamente en la vida sin muros. 


En castellano, y volviendo a Bowie, el grupo Parálisis Permanente hizo una adaptación excepcional del clásico.Su líder, Eduardo Benavente, moría a principios de los ochenta en accidente de tráfico yendo hacia Zaragoza donde tocaban después de Alaska y Dinarama. Quedaba huérfana, así, la cantera más gótica y siniestra del pop español; había fallecido alguien lo suficientemente valiente como para llevar al castellano el Heroes de Bowie-Eno.