lunes, 7 de julio de 2014

José Domingo - "Palidez"

Llega la última sensación... ibérica. La música de José Domingo es como un engañoso juego de espejos. Parece que es más de lo mismo y, sin embargo, el tema no está tan claro. Y no lo está porque ves muchas cosas y no ves ninguna. Ves psicodelia, y ves rock andaluz, como si de Triana se tratara. Y ves a gente como Gabinete, sobre todo en lo canalla, y a aquellos Seguridad Social que tanto éxito tuvieron cuando se les pasó lo del punk. Y si nos ponemos más trascendentales, encontramos el rastro de Dalí, de Buñuel, de las vanguardias en su vertiente más dadaísta y surrealista, y también ves el cine español de los setenta, sobre todo en lo que al audiovisual se refiere: sucesión de desnudos femeninos entre la extrema delgadez y la curva más acentuada. 


En resumen, ves tantas cosas y no ves ninguna porque José Domingo representa un paso más allá, aquel paso que hacía mucho tiempo que el rock hispano tenía que haber dado y que se quedó encallado en La canción de Juan Perro. En su nuevo disco en solitario, de nombre Almería, el de Girona se adentra en una mítica que desprende sur por los cuatro costados. Ya su título remite al spaghetti-western, y mezclado con grandes dosis de ironía y poesía da como resultado un trabajo discográfico inusual... por lo excelente. Daba la impresión de que el modelo estaba agotado.


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