domingo, 28 de junio de 2015

"Soy el propietario del Café Pingüino"

Mantengamos las comillas, pues la veta surrealista que emana de esta obra de 1976 así lo requiere. Tras una mala digestión de pescado Simon Jeffes vio claro que su misión en la tierra era poner en marcha un proyecto que, en definitiva, duraría nada menos que un cuarto de siglo: la Orquesta del Café Pingüino. Music from the Penguin Café sí ha envejecido bien, tal vez por esa omnipresente anglofilia que mencionamos al hablar de El patio de Triana. Se ha convertido en joya de discoteca (no entendida ésta como recinto lúdico sino como compendio ordenado de obras sonoras y, en general, de carácter musical). 
 
Simon Jeffes lideró The Penguin Café Orchestra hasta su muerte, en 1997.
Para los que nos empeñamos en pillarle el tranquillo a propuestas de tipo instrumental, y que nos cuesta, tal vez tengamos aquí un buen punto por donde empezar. Las melodías de esta "unión libre de músicos" (Wikipedia) acercan la música de cámara al pop, pasando por el jazz, la vanguardia y, evidentemente, el barroco como inicio de una locura que necesita ser domesticada. Se puede ser iconoclasta, reivindicativo y anticomercial sin tener que recurrir a crestas, piércings nasales o lemas contra la monarquía inglesa. Menos mal.


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