miércoles, 26 de febrero de 2014

"Love is lost" - David Bowie

 Aquí llega la vanguardia, y mejorada. Que poco hubiera sido el Duque Blanco sin aquellos Duchamp, Tzara o Arp. Hace un siglo llevar la provocación al arte era sencillo; bastaba con exponer como cúspide del arte una rueda de bicicleta, incluso un urinario...o pintarle unos bigotes a la Gioconda. Ahora, sin embargo, el espectador se ha hecho más exigente, y si la primera imagen no atrae...no sirve. Por ello, el nuevo experimento de Bowie evidencia dos formas de entender el matrimonio entre rock y audiovisual. Ya sea caro, ya sea barato, una historia puede, y debe, apoyarse en la imagen desde múltiples perspectivas hasta lograr resultados inusuales. E impresionantes. 


Durante un fin de semana y con un par de muñecos, Bowie elaboró cámara en mano un videoclip muy barato. Menos de trece dólares, lo que le costó el USB donde guardar el montaje. Decidió desempolvar las marionetas de antaño, revisar la estética de "Ashes to ashes" y, de esta forma, contar la historia de una joven de 22 años que tiene que empezar de nuevo tras una ruptura sentimental. El enemigo a batir: el miedo. 

"Your country's new, your friends are new
Your house, and even your eyes are new
Your maid is new, and your accent, too
But your fear is as old as the world"


La segunda propuesta, no obstante, supera con creces la idea de Bowie. Remezclada por James Murphy, líder de LCD Soundystem, la versión dilata hasta los diez minutos una historia donde el artista lleva al extremo su papel de creador. Dos amantes, surgidos de la nada, evolucionan en la pantalla hasta involucionar de nuevo. Camino de ida y vuelta que recuerda aquello de "polvo serán, mas polvo enamorado".


Salvando las distancias, la visión del mimo que deambulaba por un acantilado espacial  supuso un shock para los primeros espectadores del rock. Todo empezaba de nuevo. Era el año 1980.


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