martes, 4 de marzo de 2014

"Tall tall shadow" - Basia Bulat

Si el objetivo de la canadiense era hacer un disco oscuro y triste, no le ha salido bien la jugada. Difícil, sobre todo con ese bellísimo timbre de voz en contraste con su cara de niña. La muerte de alguien próximo trastocó el lanzamiento de su nuevo trabajo, que acabó cambiando de pies a cabeza; así llegó "Tall tall shadow", que rinde homenaje a la pérdida de lo que más se quiere pero, y ahí está lo bueno, sin resultar triste y desolador. En paralelo al lamento, se percibe más esperanza que resignación, lo cual es de agradecer. 


A sus casi treinta años (llegarán en abril), Basia Bulat tiene sobrados motivos para elegir la esperanza. Además de talento, carga a sus espaldas una vida dedicada a la música, en especial gracias a su madre, profesora de guitarra y piano. Ahora bien, no nos encontramos ante una cantante más, con buena voz y ya está. Aparte de un puñado de buenas canciones, la de Ontario ha convertido el autoarpa en su seña de identidad... ¿autoarpa? Dicho de otra forma, una cítara con botonera que consta de 36 cuerdas y que se utiliza acompañando a músicos de folk o bluegrass; la artista desubica al instrumento, lo saca de su medio natural y lo introduce en entornos más modernos y urbanos. 


Y en su afán por hacer guiños al pasado, también echa un vistazo atrás con un vídeo de homenaje a la psicodelia de los setenta. En fin, da la sensación de que ya la has oído y, sin embargo, acabas parándote a escucharla.  


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